sábado, 17 de noviembre de 2007

lluvia dorada

Por un par de chelines, uno de los guardianes- no recuerdo su nombre, solo su gran nariz de carnaval- permitía pasar a ver a los dementes. Uno, casi una marioneta de tan flaco, pasaba el día hincado, con el sol a su espalda, tratando de recoger su sombra del suelo. Había olvidado como hablar. Permanecía silencioso, absorto en su afanosa labor, con la frente casi apoyada en el piso. Los otros locos solían arremangarse los sucios batones de algodón y orinarle la cabeza. Comenzaba a perder el pelo. Ni una ni otra cosa parecía importarle. Reasumía su trabajo con mayor empeño, como figurándose que el charco de orines le ayudaría a despegar su sombra de las baldosas; como si quisiera levantar también el charco.

ALAIN-PAUL MALLARD; EVOCACION DE MATTHIAS STIMMBERG; EDITORIAL: INTERZONA

Cuando termine de leer este libro me dieron ganas no se si de orinar o pensar en la sombra que pronto todo seremos, por que a pesar de todo lo único que nos depara la vida es la simpleza de la oscura noche o mejor aun como lo escribió DINO BUZZATI en el cuento titulado SIETE PLANTAS cuando el personaje transita siete plantas de un sanatorio desde el séptimo piso hasta planta baja, en el final el paciente muere sin enterarse de nada, solo siente que las persianas de la sala, la cual el pensaba que solo era de pacientes no muy grabes, se cierran lentamente y la sala se torna oscura hasta quedar en la mas absoluta negrura.

viernes, 2 de noviembre de 2007

sepulcro

Solo donde hay sepulcros, hay resurrecciones, dice Nietzche a proposito de nada.