En resolución, el se enfrasco tanto en su lectura, que se las pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer se le seco el cerebro de manera, que vino a perder el juicio. Cervantes
jueves, 26 de noviembre de 2009
LA CASTA DE OLIVER TWIST
"Oliver gritaba con toda su fuerza. Pero si hubiera sabido que era un huérfano abandonado a la compasión de
los guardianes y vigilantes des establecimiento, seguramente hubiera gritado mucho más
Desde los primeros meses este niño, sufre como nadie en la vida, todo niño es querido, y en esta etapa de la
vida es cuando más cariño se le da; nadie se quería hacer cargo del ni en el hospicio, ni él la parroquia de la
ciudad, ya que el hospicio trata de hacer que se hagan cargo en la parroquia del, pero esta se niega
rotundamente
Entonces deciden mandarlo a una casa donde hay aproximadamente veinte o treinta niños, y estos son
cuidados por una anciana, llamada la señora Mann.
El alimento no alcanza, no es ni la mitad de lo que debería de ingerir, pero Oliver con la fuerza que mostró
desde el momento en que nació sigue vivo, y luchando por la vida.
Oliver cumplió nueve años, era un niño pálido y raquítico, de escasas estaturas y sumamente escuálido"
EXTRAIDO DE OLIVER TWIST DE DICKENS
sábado, 21 de noviembre de 2009
CARUSO
Alguien me contó una parte importante de su historia familiar que hasta ese momento no conocía esta persona, ciertamente muy impactante ya que estaba relacionada directamente con la segunda guerra y todo el horro de la época, cuestión que desde hace un tiempo los tópicos de mis variaciones mentales redundan en banalidades sin sentido, gracias a esta información pude profundizar en pensamientos y recuerdo de algunas lecturas referente a las atrocidades de la segunda guerra, recordé la historia de PRIMO LEVI, lo impactante que resulto la lectura de LA TRILOGIA DE AUSCHWITZ libro del cual una vez leído no podes quedar impávido, indiferente hacer de cuenta que solo es un libro mas con historias interesantes, no eso no sucede, cuando lo leí costo un tiempo poder procesar tanta información, comprendí la necesidad de ciertos libros para la construcción de una memoria colectiva, en este caso la memoria sobre la muerte tanto en los campos de concentración como en el campo de batalla y toda las atrocidades que se cometieron, la deshumanización, reducción de seres humanos a simples animales, unas de las formas mas significativa que desarrollo el nazismo para deshumanizar fue el tatuaje de números. a los que llegaban a los campos de concentración, ya no se llamaban por un nombre sino que se convertían en un numero, numero de orden que podría ser el orden de cuando debía morir, el relato de LEVI por momentos se torna muy difícil por la gravedad y lo doloroso del relato. Cuestión que la historia que escuche despertó la necesidad de reflexionar mas profundamente sobre el tema y suele pasar que al momento de las cavilaciones siempre encuentro la música adecuada, en este caso fue PAVAROTTI puntualmente “CARUSO” a pesar de ser un tema con cierto tenor romántico, al escucharlo produce otro tipo de sensación un estado emocional diferente del romanticismo mas próximo a la melancolía, una imagen al escuchar esta estrofa se viene a mi mente “Vió las luces dentro del mar,
pensó en las noches allí en América
pero era sólo el reflejo de algunos barcos
y la blanca estela de una hélice .
Sintió el dolor en la música,
se levantó del piano
pero cuando vió la luna salir trás una nube
le pareció dulce también (incluso) la muerte.
Miró en los ojos la muchacha,
esos ojos tan verdes como el mar
luego de improviso salió una lágrima
y el se creyo ahogar" viajando en un barco a través del atlántico solo y melancólico con la esperanza de encontrar no se que cosa, la imagen solo muestra un tipo parado en un extremo del barco mirando el horizonte, la canción continua “Fuerza de la lírica
donde cada drama es un falso,
donde con un buen maquillaje y con la mímica
puedes llegar a ser (un) otro.
Pero dos ojos que te miran
tan cercanos y tan autentícos,
te hacen olvidar palabras,
confunden pensamientos.
Así todo parece tan pequeño,
también las noches allí en América
miras atrás y ves tu vida
como la estela de una hélice.
Sí, es la vida que se acaba
sin embargo él no lo pensó tanto
por el contrario, se sentía ya feliz
y volvió a comenzar su canto"después de esta parte de la canción no queda nada mas que agregar.
domingo, 15 de noviembre de 2009
cuando digo lo que no quiero decir
El dialogo continuo pero me hizo pensar en algo, cuantas veces nos retractamos mentalmente de lo que intentamos decir y finalmente no lo decimos, es muy usual cambiar de parecer antes de parecer, podría inferir que: no nos gusta incomodar a la otra persona, nos gusta decir todo lo que le gusta escuchar y eso esta bien? Lo pienso, la respuesta en mi caso seria “no me parece, deberíamos ser tal cual somos” pero eso no es también una forma de caer bien? Suena como si lo fuera, decir lo políticamente correcto siempre esta bien, pero no puedo dejar de cuestionarme esa actitud socialmente aceptable, decir siempre lo que los demás quieren escuchar.
Supe que la primera opción fue no el destino, sino dios quiso, pero el interlocutor sabia que mi condición de ateo le quitaría significado a la expresión, cosa que en particular no lo es, la razón es que la entiendo como una expresión espontánea, automática habitual en nuestra forma de hablar, lo que estoy diciendo suena lógico y no me gusta ya que pierdo espontaneidad, pero lo cierto es que no soy espontáneo no debo actuar como tal, dije esta bien podes decir dios el destino lo que sea no me molesta, en fin, lo que intento decir es algo que ni yo lo comprendo. Soy ateo y es por eso que creo que el destino o dios es una manera de justifica lo que nos sucede, mistificar, como dice levi estrauss «Al contar un
mito, oyentes individuales reciben un mensaje que no viene, por hablar propiamente, de ningún sitio; esta es la
razón de que se le asigne un origen sobrenatural. Así es comprensible que la unidad del mito se proyecte en
foco virtual: más allá de la percepción consciente del oyente, que de momento sólo atraviesa, hasta un punto
donde la energía que irradia será consumida por el trabajo de reorganización inconsciente, desencadenado
anteriormente por él»
«el mito es un sistema de operaciones lógicas» que opera mediante varios códigos. El mito no
sólo se realiza por medio del código oral, sino también a través de otros códigos culturales como el
astronómico, meteorológico, cosmológico, zoológico, botánico, psicoorgánico (que incluyen los visuales,acústicos, olfativos, gustativos y táctiles) y tecnológico entre otros, con los que el mito puede elabora una
especie de un meta código » la manera que tengo de explicar lo que me sucede es cuestión de suerte, el azar, casualidad. Solo sucede, los acontecimientos se dan uno a uno por fortuna. Einstein decía “dios no juega a los dados” coincido con einstein, como alguien que no existe puede jugar a algo.
sábado, 14 de noviembre de 2009
muy loser
martes, 10 de noviembre de 2009
la teoria del eterno retorno
lunes, 9 de noviembre de 2009
para nadie en particular para todos en general
miércoles, 4 de noviembre de 2009
melancolia
miércoles, 16 de septiembre de 2009
SOL ARTIFICIAL
Al capitalismo afectivo le corresponde un tipo de tecnología de administración de los contactos. El Messenger, el correo electrónico y el teléfono celular, son medio de captura y administración de afectos. El contacto es un afecto capturado y ubicado. Esta tecnología apresa, localizan y ordenan energías afectivas que de otro modo se experimentarían como ausentes o ilimitadas. Para el capitalismo afectivo no puede existir un afecto que no figura en la lista de contactos.
Todo su capital afectivo está representado en Nick, direcciones, imágenes y cifras. Si no está representado como contacto, no es afecto.
Extraido del libro, SOL ARTIFICIAL, autor: zooey
Este librito cuenta con cien escasas páginas, pero que cien páginas, llena de ideas, parece un ensayo pero no lo es, cuentos tampoco. No importa que es sino lo que dice y lo que dice es contundente, demoledor, no se puede por el nombre del autor dejar de pensar en el libro de Salinger; franny & zooey; creo que no es un libro para comentar es para leer y ya.
lunes, 7 de septiembre de 2009
bastardo sin gloria
Extraído de una entrevista a Primo Levi, sobreviviente del holocausto.
Siempre me impactaron las palabras de Primo Levi, aun mas su escritura sobre los campos de concentración, lei varios de sus libros pero creo que “trilogia de Austwitz: Esto es un hombre, Los vencidos, Los hundidos y los salvados” fueron libros tan profundos y reflexivos, siempre vuelven esas imágenes literarias descriptas en sus libros, es difícil tener una mirada indiferente a la escritura de Levi, siempre que lees un libro de tal densidad resulta difícil escapar al influjo que produce semejante escritura.
Creo que “trilogía de Austwitz” debería tener un lugar especial en las librerías donde dijera “si a usted le gustan los libros de auto ayuda, las lecturas livianas y aun cree que dios existe, no toque este libro puede salir seriamente dañado y la casa no se hace responsable de posibles daños: psíquicos, emocionales, etc. Le aconsejamos que se dirija al atril que se encuentra después de los best seller” y terminaría con una frase de Levi “existió Austwitz no existe dios” continúe su camino no se detenga.
Anoche después de algunos meses volví a ir al cine, vi una película que hacía rato que estaba esperando y la verdad valió la pena esperar. La película se llama “bastardos sin gloria” la dirige Quintín Tarantino, la película es simplemente genial, la idea de Tarantino de invertir el estereotipo de las películas sobre la segunda guerra, donde los nazis persiguen judíos para masacrarlos y se regodean en sus asesinatos, en esta película no funciona así, los malos son malos y los que supuesta mente son buenos no son tan buenos. Simplemente genial.
viernes, 4 de septiembre de 2009
MONODIALOGO PARANOICOS
Si. Cada paranoico es el monje solitario de un convento endiablado. No llamando nadie a su portal, el yo patológico se mantiene placido, sin encenderse en deseos ni crisparse en arrebatos. Nada turba las cepas sus recónditas fijaciones. Yacen amortiguadas, no muertas, en la desidia que provocan los fiascos del sexo y el carácter, los fracasos del valor y la cordura……………
i>Extraído del libro: YO, YO Y YO (monodiálogos paranoicos) autor: JUAN FILLOY
Le pregunte a ella: ¿Qué te impulsa a ser tan superficial? Ella respondió diciendo lo siguiente: vos que crees que yo no me doy cuenta lo superficial, banal, etc. Y todo lo que se te ocurra que pueda ser, si la verdad que me doy cuenta de todo, la verdad no me importa o no siempre importa. En los momentos que lo pienso miro mi aspecto ante el espejo y digo “que artificial” es cuando la angustia comienza a roer mi aparente estado de bienestar y ya no hay flores de Bach que calmen la angustia de verme ante el espejo y pensar lo tarada que me veo con mi apariencia tan estéticamente correcta una fachada espectacular sobre actuada y todo los excesos que se te ocurran pero después se me pasa asumo mi papelito cotidiano mucho de belleza y estupidez, un esfuerzo al principio pero después sigo sin problemas de conciencia con la estupidez, dejo mis prejuicios con respecto a las idiotas que se esfuerzan día a día para ser admiradas y actuó como una más si esa soy yo te gusta bien sino te jodes………..
Me quedo pensando en lo que dice- siempre tiene una respuesta desconcertante- descoloca toda posibilidad de refutar no queda margen, mucho gusto y vuelvan pronto.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
triste
Pensamientos contradictorios me gobiernan. Como un fraile que luego de salir de un prostíbulo intenta comunicarse con su dios, yo siempre viví atormentado por ciertas ideas. Pero desde aquel sueño, mi búsqueda interior fue orientándome, de manera casi imperceptible, hacia zonas cada vez más oscuras. Todo lo que fue sucediéndome, todavía hoy, me resulta enigmático…….
Extraído del libro: LETRA EN LA SOMBRA, autor PABLO MELICCHIO
Solo lo escucho y el solo habla, cuenta lo triste que esta últimamente, le pregunto por qué y me dice que no lo sabe y? y que pregunta, el motivo, por algo debe ser. Dice: si seguro siempre algo te entristece.
domingo, 30 de agosto de 2009
ESCUPIR
Extraído del libro “escupir, autor: Hernán Firpo, editorial: mondadori”
Después de terminar de leer este libro tuve una charla con un amigo que me conto lo siguiente: No vas a creer lo que te voy a contar, en realidad no escapa a la realidad sino todo lo contrario, refleja una realidad, mientras discutía con ella por una mala reacción (mal humor cara de culo histeria, etc.) lo de siempre mi carácter, en el fragor de la discusión cuando esta se torna insostenible, las discusiones de pareja son como las discusiones sobre política, religión o futbol te quedas sin recursos y sale lo peor de las personas en tales ocasiones abandonamos toda educación rompemos la barrera de la represión y todo se torna insostenible a la mierda con todo, los modales las buenas costumbres no queda nada dentro del limbo inconsciente: “ella le dijo si la verdad que me importa todo un carajo soy superficial, me gusta todo lo banal, salir de compras gastarme todo no ahorrar nada, para que mierda si nos morimos y ya” mi amigo me contaba que en ese momento pensaba que genial lo que está diciendo esta mina dentro de su honestidad brutal dijo una gran máxima existencial hizo filosofía desde la más extrema banalidad, filosofía digna de una Mac-café en un shopping, simplemente genial, mientras lo cuenta veo como mira un punto fijo como recordando toda la escena, lo disfruta se regodea a pesar de que se comió una reverenda puteada culpa del carácter de mierda del cual es propietario, en fin todo quedo en la nada que no es poco es bastante a pesar de ser nada.
domingo, 23 de agosto de 2009
MACDONALD’S
Por Manuel Vilas
Estoy en el MacDonald’s de
haciendo la cola gigantesca,
con los ojos clavados en los carteles de los precios,
el dinero justo en la mano derecha,
billetes arrugados.
Estoy ahora en el piso subterráneo, arriba fue imposible.
Estoy sentado al lado de un niño negro que tiene en su mano
una patata amarilla untada de ketchup muy rojo:
Santísima bandera del otro mundo, el niño negro que resplandece,
mi hermano ciego.
El niño está solo, no bebe,
no le llega para
Sólo patatas, sólo patatas, esa desgracia,
esa soledad idéntica a la mía,
¿no lo entiendes?, sólo le llega para las patatas,
y está sentado, quieto,
en su trono, la negritud y el niño,
en el trono, allá, allá, en ese trono radiante.
MacDonald’s siempre está lleno.
Es el mejor restaurante de Zaragoza,
una alegría despedazada nos despedaza el corazón:
por tres euros te llenan de cajas, de vasos de plástico, de bolsas,
de pajitas, de bandejas.
Es el mejor restaurante del mundo. Es un restaurante comunista.
Rumanos, negros, chilenos, polacos, cubanos, yo mismo,
aquí estamos, abajo, al lado de un muñeco,
al lado de un cartel que dice “I’m lovin’ it”. Tengo una bota encima de un charco
de un helado de nata deshecho. Miro la nata comerse el tacón de mi bota.
Una nata blanca, despedazada.
Arde el sol sin tiempo, bulle la mano sucia.
A mi lado, una niña de veinte años le dice a un tío de diecisiete
que no le importaría hacérselo con él. Con él, con él, un eco negro.
Y ríen y tragan patatas fritas.
Y yo trago patatas fritas.
Y dos maricas enfrente comiéndose la misma hamburguesa goteante,
cada boca en un extremo, y se manchan y se muerden.
Y tragan patatas fritas. Y se besan. Y se tocan. Y se despedazan.
En Londres, en París, en Buenos Aires,
en Moscú, en Tokio,
en Ciudad del Cabo, en Tucson, en Praga,
en Pekín, en Gijón,
somos millones, la tarde harapienta,
el dolor en el cerebro, la comida,
millones en miles de subterráneos esparcidos
por la gran tierra de los hombres.
Estoy en paz aquí con todo: barata la carne, barata la vida, baratas las patatas.
Me siento Lenin. Soy Lenin, el marica inusitado,
el gran hereje, el loco supremo,
el hijo de la última mano miserable que tocó
el monstruoso corazón del cielo.
Si Lenin volviera, MacDonald’s sería el sitio,
el palacio sin luna,
el gueto de las reuniones clandestinas.
Algo importante está sucediendo
en este subterráneo del MacDonald’s
de
De un momento a otro, vamos a arañar la felicidad:
el niño negro, los novios, el muñeco, la nata del suelo, mis botas.
Botas nuevas, de piel brillante, con la punta afilada en señal de muerte.
En MacDonald’s, allí, allí estamos.
Carne abundante por tres euros.
Exstraidon del libro Resurrección de VILAS MANUEL
La mañana son tediosas llenas de pensamientos idiotas, como una mala película de fin de semana esas que intentan decir mas de lo que dicen su simbolismo exagerado mucha metáfora al pedo, bueno así son mis pensamientos matutinos la verdad me cagan la mañana y es por eso que la opción es un buen libro. Hace una semana que las mañanas empiezan a las siete y no a las cuatro como deberían y la causa son los puntos que me hicieron en la muñeca derecha, gracias a un mal uso de las herramientas de trabajo. El accidente fue el fin de semana anterior a este, mientras escuchaba Pink Floyd el disco pulse me encontraba solo en el galpón concentrado mientras trabajaba pero no en lo que hacia sino en lo que escuchaba, música hipnótica, alucinada. En una mala maniobra se escapo de mis manos la moladora una pequeña pero no menos hija de puta que cualquier otra y como una escena de The Wall, la sangre comenzó a salpicar por todos lados el piso se lleno de gotitas rojas como un Hansel y Gretel un poco mas desquiciado fui dejando un camino de gotas rojas, en fin después lo de siempre aguja hilo y ya esta una nueva cicatriz. Por unos días más seguiré quemándome la cabeza con algún librito de esos que no muchos les gustan leer, pero que por suerte todavía se pueden encontrar en alguna librería. Hace poco leí algo que dijo CESAR AIRA cuando se acerco un lector y lo saludo diciéndole “perdone AIRA yo soy un humilde lector suyo” a lo que el escritor pensó y luego lo escribió ya que en el momento el solo contesto el saludo amablemente “si una persona dice ser un humilde lector Mio no es tan humilde ya que para llegar a mis libros y poder disfrutarlos y pensarlos tiene que haber transitado un camino de lecturas que lo alejan de lo que se considera un humilde lector” siempre es mejor dejar de ser un humilde lector y ser un gran lector, lo mas interesante de las “buenas lecturas” es en lo que te transforman como una metamorfosis kafkaiana, un día te despiertas y te transformaste en una cucaracha un bicho cascarudo, los libros son los malditos que te convierten en un ser alejado de la realidad mas próxima y te muestran otra realidad, oscura llena de negritud, sombras que enceguecen.
lunes, 27 de julio de 2009
Bañez y su cisura
Yo le doy importancia a esas cosas: las comas, los acentos o los puntos pueden hacer una gran diferencia. Las comillas también. En el cuaderno de notas repaso cada frase que escribo, luego corrijo. Prefiero el cuaderno al idioma de las señas. La mímica de los sordomudos me repugna. Hace años hice una lista de las cosas que me asqueaban, pero después me di cuenta de que lo que había hecho era una tabla de resentidos, con varias escalas según la falla, y la titule igual: “Tabla de Resentidos”. La anoto en presente porque creo que sigue teniendo importancia: el primer lugar es para los rengos, no hay nada más atravesado que un rengo. Son irrecuperables. Después están los petisos, que tapan el resentimiento con prepotencia y soberbia. Siguen los sordos, que tienen un resentimiento disimulado en el mal humor; a continuación vienen los sordomudos, un poco menos infames porque el resentimiento lo disimulan entre varios. Si uno les presta atención va a notar que los sordomudos casi siempre andan en grupo por eso parecen mas llevaderos. Pero hay que desconfiarles: llevaderos en plural es palabra peligrosa. Los resentidos del quinto lugar son los paralíticos, que se hacen los amables pero son controladores y dominantes, de lo peor. Siguen los ciegos. Se manifiestan cálidos y babosos, pero siempre traicioneros. Un baboso que no ve es doblemente baboso. A los mancos de nacimiento nunca los anote porque es una variedad rara, pero yo conocí a uno con el brazo esmirriado y reseco que era puro rencor. Robertito se llamaba, aunque era el diminutivo se lo pusimos por temor. El miedo se vale de los diminutivos. Después vienen los tuertos, son más difíciles por que escasean. A los tuertos la maldad resentida se les ve en soberbia, nunca supe por que. La escala de resentidos funciona si no hay lastima. En los mudos solos me anote yo: rolando puse y nada mas. Algunos cuadernos son más importantes que otros.
Extraído del libro de Gabriel Bañez; la cisura de rolando
domingo, 19 de julio de 2009
Sale el Espectro - Philip Roth
¿Qué me sorprendió más durante los primeros días, cuando paseaba por la ciudad? Lo más evidente: los teléfonos móviles. En mi montaña aun no teníamos cobertura, y en ahtena, donde si la hay, no solía ver a nadie que caminara por la calle hablando por teléfono desinhibidamente. Recordaba una Nueva York donde las únicas personas que iban por Broadway hablando al parecer consigo mismas estaban locas.
¿Qué había sucedido en aquellos diez años para que de repente hubiera tanto que decir, hubiera tanto tan apremiante que no pudiera esperar para ser dicho? Por dondequiera que anduviese, alguien se me acercaba hablando por teléfono y alguien hablaba detrás de mí por teléfono. Dentro de los coches, los conductores hablaban por teléfono. Cuando tomaba un taxi, el chofer hablaba por teléfono. Un hombre como yo, que con frecuencia se pasaba varios días sin hablar con nadie, tenia que preguntarse que era lo que antes había retenido a la gente y que ya no existía, haciendo que la conversación incesante por teléfono fuese preferible a pasear sin ser controlado por nadie, momentáneamente solitario, asimilando las calles a trabes de tus sentidos animales y abandonándote a la miríada de pensamientos que inspiran las actividades de una ciudad.
Para mi aquello daba un aire cómico a la calle y ridículo a la gente. Y, sin embargo, también parecía una autentica tragedia. Erradicar la experiencia de la separación debe de tener inevitablemente un efecto dramático. ¿Cual será la consecuencia? Sabe que puedes ponerte en contacto con la otra persona en cualquier momento y, si no puedes, te impacientas, te impacientas y te enfadas como un entupido diosecillo. Yo comprendía que el silencio de fondo había sido abolido mucho tiempo atrás en restaurantes, ascensores y estadios de béisbol, pero que la inmensa soledad de los seres humanos produjera este anhelo sin límites de ser oído, y la consiguiente despreocupación de ser oído por personas ajenas…. Bueno, al haber vivido casi siempre en la era de la cabina telefónica, cuyas reacias puertas plegables podían cerrarse herméticamente, me impresionaba la singularidad de todo aquello, y empecé a pensar en un relato en el que Manhattan se ha convertido en una siniestra colectividad en al que todos espían a todos, cada uno es perseguido y controlado por la persona que esta al otro extremo de su línea telefónica, a pesar de que, llamándose sin cesar unos a otros desde donde quieren en el gran exterior, creen estar experimentando la máxima libertad. Sabia que el mero hecho de concebir semejante panorama me incluía en el grupo de los chiflados que, al comienzo de la industrialización, imaginaba que la maquina era la enemiga de la vida. Sin embargo, no podía evitarlo: no comprendía como nadie podía creer que seguía viviendo una existencia humana mientras iba por ahí hablando por teléfono durante la mitad de su vida consciente. No, aquello artilugios no prometían ser de gran ayuda para fomentar la reflexión entre el publico general………….
Extraído del libro Sale el Espectro - Philip Roth en cursiva
Esta sentado frente a la computadora transcribiendo un extracto del libro de PHILIP ROTH; SALE EL ESPECTRO. Tarda un rato en transcribir el pasaje que días atrás subrayo mientras leía, llamo su atención por lo que este decía tal vez coincidía con Roth o en todo caso con el personaje de Roth, Nathan Zuckerman, en el libro Nathan es un viejo de 71 años con un carácter, como se suele decir “carácter de mierda”, era esto lo que lo hacia tan atractivo a este antihéroe literario, es algo que le gusta mucho sigue tecleando mientras escucha de fondo Herbie Hancock - A Tribute To Miles (1994), el jazz es la música que prefiere escuchar a la hora de leer, escribir, transcribir o lo que este relacionado con la literatura. El piensa que la literatura se lee mejor cuando se escucha buena música, lo compara con la música en los viajes, le resultaría insoportable un viaje sin música y algo para leer.
Cuando lee las historias de Nathan piensa en el mismo a pesar de tener 34 años se siente mas cerca de Nathan que de alguien de su edad, con sus amigos prácticamente no tiene contacto no habla con ellos salvo cuando se los cruza por casualidad por el barrio, con el que mas comunicación tiene paradójicamente vive en Nueva York, constante mente le manda mail y de ves en cuando charlan por MSN no trabaja desde hace prácticamente tres meses, primero lo suspendieron supuestamente por la crisis y luego cuando se tubo que reintegrar al trabajo pidió una licencia de un mes mas, últimamente en su cabeza solo esta la imagen de la vuelta al trabajo, lo difícil que se le va a hacer reintegrarse a la rutina del trabajo en una fabrica tan grande, tantos compañeros, horarios tan estrictos y lo peor de todo la mirada atenta del jefe, de todas formas no esta tan deprimido con la idea de la vuelta desde que le dijeron que existía la posibilidad de seguir suspendido, sus pensamientos redundan en la suspensión hasta fin de año. No teme volver al trabajo por el trabajo en si sino por tener que estar con tanta gente, el contacto con la gente lo pone mal, el sabe que la fobia al resto de los seres humanos lo angustian, le falta el aire siente asfixia. No teme tener que trabajar si estuviera en un lugar aislado del resto. El sabe y lamenta tener que soportar la vida en la urbe toda esa gente que transita todos los días por la gran ciudad. Imagina su vida o el final de su vida alejado definitivamente de la ciudad, en la montaña solo sin nadie hasta el final de su vida.
viernes, 10 de julio de 2009
Elizabeth Costello
Y, sin embargo, aunque veo que la mejor forma de obtener la aceptación de esa congregación de gente culta seria unirme yo también al gran discurso occidental del hombre contra la bestia, de la razón contra la sinrazón, igual que un afluente se une a un gran río, algo en mi se resiste e intuye que en ese paso esta la concesión de la batalla entera.
Porque, vista desde fuera, desde un ser que es ajeno a ella, la razón no es más que una enorme tautológica. Por supuesto, la razón validara a la razón como principio rector del universo. ¿Qué otra cosa iba a hacer? ¿Destronarse a si misma?
J.M. Coetzee
El aburrimiento me invade, ayer me propuse mirar televisión pero la verdad no encontré nada que me interese, por suerte se corto la luz y no me quedo otra alternativa que prender una vela, ir a mi biblioteca agarrar un libro y dedicarle un buen rato dirá casi una vela, como dije antes la suerte estaba de mi lado ya que cuando la luz volvió, el sueño me invadió no me quedo otra que dormí……………
martes, 7 de julio de 2009
La idea era terminar de leer esa novela de más de mil páginas que se había llevado de viaje, a pesar de que recién iba por la mitad. Pero por lo que había visto, no había mucho que hacer en un lugar como ese, y más con semejante frío y sin poder fumar. Además, si le preguntaran, seguro diría que era la mejor forma de leer esta clase de libros inmensos, haciendo que las palabras leídas se vuelvan, literalmente, la realidad exterior, como drogas duras para una evasión total. Y ni hablar de pensar en el escritor enfrascado en semejante empresa, sobre todo el de ese libro, que a medida que veía que la muerte se acercaba no podía parar de escribir, como si la noción del tiempo para un enfermo fuera como un tesoro sepultado en una cueva en el desierto, o en un salar….
Al menos se consolaba pensando que tanto el que escribe esa clase de libros como el que decide aislarse del mundo por una semana para leerlos, no sabia bien por que, pero estaba seguro de que tenia algún parecido, compartían una intimidad.
Matías Capelli: FRIO EN ALASKA editorial eterna cadencia
Pensaba que es mucho mas difícil hacer una torta que encontrarle el sentido a la vida, esto lo pensaba mientras me bañaba y escuchaba a ella putear por lo difícil que resulta hacer una torta tal cual lo explican las recetas de la revista que viene con las Essen esas ollas que necesitan de reuniones con demostración para poder encontrar dueña, me resulta gracioso ya que pienso en la propaganda de comida para perro que anima a los potenciales clientes (chicos mal criados que necesitan malcriar perros) que quieran un lindo perrito tal cual la televisión, pero la diferencia de un perro y una Essen es el precio. Por cierto esas ollas por lo que valen tendrían que venir no con un libro de recetas sino con una cocinera.
Al final la torta salio rica y el sentido de la vida lo encontré de la mano de la torta con crema de leche y me di cuenta que como la torta el secreto esta en la crema de l……….
lunes, 6 de julio de 2009
J. D. Salinger
ESTE país perdió a uno de sus más prometedores jóvenes –uno que nunca se atrevería a jugar pinball- cuando mi hijo, Harry, fue reclutado en la Armada. Como su padre, me doy cuenta de que Harry no nació ayer, pero cada vez que lo miro, juro que todo pasó en alguna fecha temprana del año pasado. Por eso me gusta decir que la Armada estaba recibiendo otro Bobby Pettit.
En 1917 Bobby Pettit vistió el mismo traje que a Harry le queda tan bien. Pettit era un flacuchento chico de Crosby, Vermont, pueblo que queda en los Estados Unidos también. Algunos de los chicos de la compañía decían que Pettit había pasado sus años de infancia dejando que el jarabe de Arce de Vermont llenara lentamente su cabeza.
Además en ésa compañía, allá por 1917, estaba el Sargento Grogan. Los chicos tenían todo tipo de ideas acerca del origen del Sargento: buena persona, digno de confianza, incalificable. Todas ideas que no merecen ser repetidas.
Bueno, en el primer día de Pettit en las barracas, el Sargento enseñó la instrucción al pelotón sobre el manual de armas. Pettit tenía una ingeniosa y original manera de sostener su rifle. Cuando el Sargento gritó “¡Armas al hombro derecho!” Bobby Pettit cambió a su hombro izquierdo. Cuando el Sargento solicitó “¡Porten armas!” Pettit cumplió con presentar su arma. Era una manera bastante segura de atraer la atención del Sargento, por lo que él se acercó a Pettit sonriendo.
“Bueno, chiquillo estúpido”, recibió el Sargento, “¿cuál es tu problema?”
Pettit rió. “De vez en cuando me confundo”, explicó fugazmente.
“¿Cómo te llamas?”, preguntó el Sargento.
“Bobby. Bobby Pettit.”
“Bueno, Bobby Pettit”, dijo el Sargento, “Te llamaré solamente Bobby. Siempre les digo a mis reclutas por su nombre. Y ellos me llaman mamá. Igual como si estuvieran en casa”.
“Oh”, dijo Pettit.
Luego el Sargento se dio unos pasos atrás. Todo alboroto tiene dos finales; uno iluminado y uno rodeado con dinamita.
“Escucha, Pettit”, vociferó el Sargento. “Esto no es para pasar al quinto grado. Estás en la Armada, chico estúpido. Se supone que sabes que no tienes dos hombros derechos y que portar armas no es lo mismo que presentar armas. ¿Cuál es tu problema? ¿Acaso no tienes cerebro?”
“Señor, juró que me acostumbré”, predicó Pettit.
AL día siguiente teníamos que practicar montando las tiendas de campañas y empacando provisiones en nuestras mochilas. Cuando el Inspector se acercó a ver, se dio cuenta que Pettit no se había molestado en martillar los ganchos de la tienda de campaña debajo de la superficie de la tierra. Observando el sutil defecto, el Sargento, con una vara en su mano, hizo colapsar enteramente las pequeñas lonas que formaban la campaña de Bobby Pettit.
“Pettit”, clamó el Sargento. “Tú eres… sin ninguna duda… el más imbécil… el más estúpido… el más torpe recluta que he visto. ¿Estás loco, Pettit? ¿Cuál es tu problema? ¿Acaso no tienes cerebro?
Pettit dijo, “Lograré acostumbrarme”.
Luego todos empacaron sus mochilas. Pettit empacó la suya como un veterano, justamente como uno de los Chicos de Azul. El Sargento se acercó para inspeccionar a los reclutas. Solía pasar por detrás de los traseros de ellos, y con una vara pequeña, golpeaba la espalda de la mochila de cada uno de sus “hijos”.
Se acercó a la mochila de Pettit. Me reservaré algunos detalles. Sólo diré que todo se desparramó excepto los últimos cinco segmentos de la columna vertebral de Pettit. Fue un sonido enfermante. El Sargento se acercó para enfrentar a Pettit, o lo que quedaba de él.
“Pettit. Conocí un montón de tipos estúpidos en mis tiempos”, dijo el Sargento. “Montones. Pero tú, Pettit, tú eres el maestro de tu propia clase. ¡Porque eres el más estúpido!”
Pettit se paró desequilibradamente.
“Señor, me acostumbraré”, dijo.
EL primer día de la práctica de tiro, seis hombres en posición de postramiento, dispararon al mismo tiempo a seis blancos. El Sargento pasó de un lado al otro, examinando las posiciones de fuego.
“Pettit. ¿Por cuál ojo estás mirando?”
“No sé”, dijo Pettit, “El izquierdo, supongo”
“¡Tienes que mirar a través del derecho!”, vociferó el Sargento. “Pettit, te estás llevando veinte años de mi vida. ¿Cuál es tu problema? ¿Acaso no tienes cerebro?”.
Eso fue poco. Cuando, después de que todos los hombres habían disparado, y los blancos se estaban enrollando, hubo una sorpresa para todos. Pettit le había disparado todos sus tiros al blanco del tipo que estaba a su derecha.
El Sargento casi tuvo un ataque al corazón. “Pettit”, dijo, “no tienes espacio en la Armada. Tienes seis pies. Tienes seis manos. ¡Pero todos sólo tienen dos!”
“Me acostumbraré”, dijo Pettit.
“No me digas eso de nuevo. O te mato. Te juro que te mato, Pettit. Porque te odio, Pettit. ¿Me oyes? ¡TE ODIO!”
“¿No bromea?”, dijo Pettit.
“Ninguna broma acá”, le dijo el Sargento.
“Señor, me acostumbraré”, dijo Pettit, “Verá. No bromeo. Me gusta la Armada. Algún día seré coronel o algo por el estilo. No bromeo”.
NATURALMENTE no le dije a nuestra esposa que nuestro hijo, Harry, me recuerda al Bob Pettit de 1917. Pero sin embargo, todavía él me lo trae a mente. De hecho, el chico está teniendo problemas con su Sargento en el Fuerte Iroquois. Parece, según mi esposa, que el Fuerte Iroquois posee uno de los más mandones, duros, y severos Sargentos del país. No hay necesidad, dice mi esposa, en ser duro con los chicos. No es que Harry se haya quejado. A él le gusta la Armada, pero le cuesta bastante satisfacer a ese terrible primer Sargento que le tocó. Sólo porque no ha logrado acostumbrarse.
Y el Coronel de su regimiento. Él no es ayuda para nada, siente mi esposa. Todo lo que hace es caminar alrededor y dárselas de importante. Un Coronel debería ayudar a los chicos, no como ese regañadientes Primer Sargento que no les saca provecho, sólo les destruye sus espíritus. Un Coronel, asegura mi esposa, debería hacer más que sólo caminar por los alrededores.
Bueno, hace unos cuantos sábados atrás los chicos del Fort Iroquois realizaron su primera parada militar. Mi esposa y yo estuvimos ahí en las primeras filas, y con un aullido que casi me voló el sombrero, ella alentó a nuestro Harry mientras marchaba.
“Ha perdido el paso”, le dije a mi esposa.
“Oh, no seas así”, dijo ella.
“Pero está fuera del paso de los demás reclutas”, dije. “Se supone que eso es un crimen. Supongo que le tendrían que disparar por eso. Ahora volvió a retomar el paso. Sólo lo perdió por un minuto”.
Luego, cuando el Himno Nacional estaba siendo tocado, los reclutas estaban parados con sus rifles para presentar armas. A uno de ellos se le cayó al suelo, lo que provocó un estrepitoso sonido en el campo.
“Ese fue Harry”, dije.
“Le pudo haber pasado a cualquiera”, respondió mi esposa. “Mantente callado”
Más tarde, cuando la parada militar acabó y los soldados se habían desparramado, el Primer Sargento Grogan vino a saludar. “Cómo le va, Señora Pettit”
“Bien, gracias”, dijo mi esposa, un poco fría.
“¿Cree que haya alguna esperanza para nuestro chico, Sargento?”, pregunté.
El Sargento sonrió abiertamente y movió su cabeza. “Ni una oportunidad”, dijo. “Ni una oportunidad, Coronel”.
Este texto es un inédito de Salinger que encontré por la red, no se si es de el o no, la verdad no me interesa lo cuelgo de todas formas. Después de leer Salinger es difícil poder encontrar algo que se le parezca o al menos se asemeje y lo digo luego de leer una pila de libros, mucho de los escritores a los que me acerque con la esperanza de encontrar algo de Salinger la verdad muchos ni cerca a pesar de ser buenos escritores
Lo bueno de leer en primer orden a Salinger es que luego te obligas a tratar de encontrar algo mas, el santo grial de la literatura y eso la verdad no se si existe mientras tanto sigo en la búsqueda ya que de eso se trata la lectura una búsquela permanente.
domingo, 14 de junio de 2009
Por Adrián Paenza
La que sigue, es una historia que me acercó Juan Pablo Paz –uno de los científicos más prestigiosos que tiene la Argentina– y que está dando vuelta hace un tiempo en los medios académicos (y no académicos también). En todo caso, después de leerla verá que ni siquiera importa si es cierta, aunque los físicos aseguran que sí. Lo que seguro vale la pena es discutir su contenido. Y pensar.
Muchas veces, en un colegio o en alguna facultad, un alumno tiene una idea distinta, una idea que el profesor no contempló, no pensó. Una idea: ni más ni menos que eso. Y la reacción del docente no siempre es la esperable: pensar con el alumno, dejarse desafiar por alguien que piensa diferente, que propone un ángulo diferente.
Este capítulo entonces, está dedicado a la reflexión a la que invita la siguiente historia:
Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
“Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de ponerle un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que éste afirmaba convencidísimo que su respuesta era absolutamente acertada.
“Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.
“Leí la pregunta del examen y decía: ¿Qué haría usted para determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro?
“El estudiante había respondido: ‘Lleve el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio’.
“Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta, correcta y completamente.
“Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota más alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.
“Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta, pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
“Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada.
“Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas.
“Me excusé por interrumpirlo y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta:
‘Agarre el barómetro y tírelo al suelo desde la azotea del edificio. Calcule el tiempo de caída con un cronómetro.
“Después se aplica la fórmula:
Altura = 0,5.g.T2
(Donde g es la aceleración de la gravedad y T es el tiempo que uno acaba de calcular con el cronómetro)
‘Y así obtenemos la altura del edificio.
“En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.”Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta.
‘Bueno’, respondió, ‘hay muchas maneras. Por ejemplo, agarrás el barómetro en un día soleado y medís la altura del barómetro y la longitud de su sombra.
“Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
“Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? ‘Sí, contestó, éste es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, agarrás el barómetro y te situás en las escaleras del edificio en la planta baja. A medida que vas subiendo las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicás al final la altura del barómetro por el número de marcas que hiciste y ya tenés la altura. Este es un método muy directo.
“Por supuesto, si lo que uno quiere es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.
“En este mismo estilo de sistema, atás el barómetro a una cuerda y lo descolgás desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo podés calcular la altura midiendo su período de precesión. En fin, concluyo, existen otras muchas maneras.
“Probablemente, la mejor sea tomar el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo.
“En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares).
“Me dijo que sí, que evidentemente la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.
“El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.
“Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que le habían enseñado a pensar”
contratapa pagina 12
Después de tanto tiempo estoy sentado mirando como forman filas los caracteres que brotan del teclado, uno a uno.
Mientras buscaba algo sobre Bohr el físico ganador del Nobel, encontré este articulo de la contratapa, pagina 12, me resulto interesante por su invitación a pensar, algo no muy común en estos días o será que me parece a mi, digo lo de pensar, no seguro soy yo el que no usa la cabeza como siempre el estupido demente y desubicado es el “yo” retrogrado diría casi un Salinger de las caverna o de las montañas.
Últimamente no me estoy entendiendo una mierda pienso cosas que luego exteriorizo como si ya las hubiese comentado, la persona que tengo en frente me mira totalmente descolocado/ada ¡loco de mierda¡ siempre es la frase y si la verdad ya me lo estoy empezando a creer, si, si………. ¡loco de mierda¡