De un alemán metido como por castigo en un abrigo de piel de mal gusto, que se estaba hinchando de nata batida, por ejemplo, podíamos deducir sin rodeos nuestra aversión a todos los alemanes de Viena; de un holandés que se sentaba ante la ventana con un yérsey amarillo chillón y que, creyendo inobservado, se sacaba continuamente con el índice de la mano derecha grandes pelotillas de mocote la nariz, no nos faltaba mucho para llegar a la execración total de todos los neerlandés, que de repente nos parecía aborrecible de toda la vida. Los que nos conocíamos tenían que pagar el pato mientras no echábamos el ojo a algún conocido, pero si aparecía uno de esos conocidos, dirigíamos a el nuestros pensamientos, que se adaptaban exactamente al objeto considerado, y que, manifiestamente, podían divertirnos durante horas, al utilizarlos abusivamente para un tema, según nos parecía, algo mas elevado, con el fin de alejar nuestro aburrimiento, como punto de partida para otros pensamientos totalmente distintos, de los que nos atrevíamos a pensar que era nada menos que filosófico.
THOMAS BERNHARD; EL SOBRINO DE WITTGENSTEIN; editorial anagrama, edición compacto.
Los mejor de la literatura y mas específicamente de los libros, es lo que pueden decir, expresar, trasmitir. Casi siempre es mucho más de lo que normalmente en nuestra vida cotidiana expresamos. Los libros funcionan como nuestro inconciente es la parte vedada de la conciencia, expresada en palabras procurando mostrar lo que no siempre estamos dispuestos a ver o aceptar.
El sano, si es sincero, no quiere tener nada que ver con el enfermó, no quiere que le recuerden la enfermedad y con ello, como es natural y lógicamente la muerte.
Es el primer libro que leo de Bernhard seguramente no será el ultimo, por ser un libro de solo 144 paginas resulta muy inconmensurable todo lo que expresa. La relación con su amigo Paúl Wittgenstein quien se encuentra loco por consiguiente internado en el mismo hospital el cual Bernhard también lo esta pero por su padecimiento respiratoria.
El libro es un soliloquio sobre las diferentes impresiones de alguien tan escéptico, y pesimista como Bernhard y esto lo notas al final del libro.
Bernhard es de esas personas de quien te gustaría ser amigo, si lo se es imposible, pero al menos podemos amigarnos con sus libros.
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